Por: Aldo Hernán Zanabria Gálvez
En un contexto marcado por la incertidumbre y los desafíos sociales, hablar de felicidad puede parecer un lujo. Sin embargo, investigaciones recientes demuestran que la felicidad no solo es deseable, sino esencial para el desarrollo sostenible de las sociedades.
La región de Puno enfrenta una problemática estructural de alta conflictividad social, caracterizada por una persistente insatisfacción ciudadana frente a la desigual distribución de recursos, la débil capacidad institucional y la exclusión histórica de sus comunidades indígenas. Según la Defensoría del Pueblo (2024), Puno registró entre 14 y 18 conflictos sociales activos durante el último año, ubicándose entre las regiones con mayor número de casos a nivel nacional, principalmente de carácter socioambiental. Esta situación ha generado episodios graves de violencia, como la masacre de Juliaca en enero de 2023, además de pérdidas económicas sustanciales y migración forzada. La raíz del problema no es solo económica o política, sino emocional y cultural: una gran parte de la población se siente ignorada, vulnerada y sin futuro. En este contexto, el malestar psicológico colectivo —especialmente entre la juventud— se agudiza, al no encontrar canales efectivos para su desarrollo ni espacios reales de participación. Frente a este panorama, urge replantear el enfoque de intervención estatal, incorporando estrategias de bienestar, diálogo emocional y desarrollo humano sostenible como ejes fundamentales para la paz social y la transformación regional.
La felicidad como estrategia organizacional
David Fischman, en su obra La alta rentabilidad de la felicidad, argumenta que la felicidad no es un objetivo final, sino una herramienta estratégica que potencia la productividad y el bienestar en las organizaciones. Este enfoque se alinea con la psicología positiva, que destaca la importancia de las emociones positivas en el rendimiento laboral (Seligman & Csikszentmihalyi, 2000).
Estudios han demostrado que las organizaciones que fomentan un ambiente positivo y saludable experimentan menores tasas de rotación, mayor innovación y satisfacción del cliente (Salanova et al., 2005). Implementar prácticas de bienestar organizacional, como programas de reconocimiento y desarrollo personal, puede generar un retorno significativo en términos de compromiso y desempeño (Garzón Castrillón, 2024).
“Invertir en la felicidad no es un lujo emocional, es una estrategia preventiva de paz social.”
La juventud como prioridad en Puno
En la región de Puno, la juventud representa un segmento crucial para el desarrollo. Sin embargo, enfrenta desafíos significativos, como el acceso limitado a oportunidades educativas y laborales, y la falta de espacios para la participación activa en la toma de decisiones (OCDE, 2016).
El Informe Nacional de Juventudes 2021 destaca la necesidad de políticas públicas que promuevan el bienestar integral de los jóvenes, incluyendo su salud mental, educación y participación ciudadana (SENAJU, 2021). Además, un estudio reciente advierte que para 2030, más de mil millones de jóvenes podrían enfrentar problemas de salud, principalmente relacionados con enfermedades mentales y otros factores sociales (The Lancet, 2025).
“Sin salud mental colectiva, no hay comunidad estable. El bienestar emocional es una urgencia política.”
Acciones necesarias en Puno
Para abordar estos desafíos y aprovechar el potencial de la juventud en Puno, es fundamental:
- Implementar programas de bienestar en instituciones educativas y laborales: Fomentar ambientes que promuevan la salud mental, la resiliencia y el desarrollo personal.
- Fortalecer la participación juvenil: Crear espacios donde los jóvenes puedan expresar sus ideas y contribuir activamente en la toma de decisiones políticas y sociales.
- Promover la educación integral: Incluir en el currículo escolar temas relacionados con la inteligencia emocional, la ética y la ciudadanía activa.
- Desarrollar políticas públicas inclusivas: Diseñar estrategias que consideren las necesidades específicas de los jóvenes, especialmente en áreas rurales y comunidades indígenas.
Estas acciones requieren un enfoque colaborativo entre el gobierno, las instituciones educativas, las organizaciones civiles y la comunidad en general.
Aplicar estos principios en el ámbito social y comunitario puede contribuir a reducir las tensiones y fomentar un ambiente más colaborativo y resiliente. Por ejemplo, implementar programas de bienestar en instituciones educativas y laborales puede fomentar ambientes que promuevan la salud mental, la resiliencia y el desarrollo personal. Además, fortalecer la participación juvenil y promover la educación integral son acciones clave para empoderar a los jóvenes y brindarles herramientas para enfrentar los desafíos actuales.
“Un joven que no estudia ni trabaja no está inactivo: está en riesgo. Y con él, toda la región.”
Conclusión
Invertir en la felicidad y el bienestar de la juventud no es solo una cuestión de justicia social, sino una estrategia inteligente para el desarrollo sostenible de Puno. Al priorizar el bienestar emocional y la participación activa de los jóvenes, podemos construir una sociedad más resiliente, innovadora y equitativa.
3 comentarios:
Este artículo me pareció muy interesante , hablamos respecto al ámbito social en Puno de otra forma. Considero que se debe valorar más el bienestar emocional y ver sus desafíos en nuestra región.
Creo que combinar bienestar emocional y desarrollo juvenil es esencial para la paz social en Puno. Datos como los conflictos activos y la masacre de Juliaca revelan un malestar profundo no solo económico, sino también cultural y afectivo.
La psicología positiva y casos de organizaciones que reducen rotación e impulsan innovación muestran un camino claro: los jóvenes tienen potencial, pero faltan oportunidades. “Invertir en la felicidad no es un lujo emocional, es una estrategia preventiva de paz social.”
Creo que involucrar desde el inicio a líderes comunitarios y organizaciones juveniles garantizará programas realmente útiles, no solo buenas intenciones.
Llama la atención cómo el texto rompe con la idea tradicional de desarrollo. En lugar de hablar solo de infraestructura o empleo, pone sobre la mesa algo más intangible pero igual de urgente: el bienestar psicológico colectivo. La cita sobre que "invertir en felicidad es prevenir conflictos" es potente, aunque habría que ver cómo se materializa en una región con tantas carencias. Los ejemplos de organizaciones que mejoran su rendimiento con bienestar emocional son un contraste interesante con la realidad puneña.
Publicar un comentario