Aldo Hernán
Zanabria Gálvez aldo.zanabria@unap.edu.pe
951925511
Cuáles
son los principales avances y los principales obstáculos de la economía peruana
Desde sus orígenes, el modelo de
crecimiento peruano se basó en la exportación de productos minerales metálicos,
no metálicos, y algunos agropecuarios en un contexto de dualismo y dependencia,
entendido este no como la contraposición entre economía agropecuaria e
industria, sino como la convivencia entre grandes empresas monopólicas de
capital extranjero que explotan recursos naturales a gran escala (enclaves) y
la pequeña empresa nacional.
A partir de los 2000, el boom de
las commodities y las bajas tasas de interés internacionales le permitieron a
Perú crecer durante catorce años consecutivos y mejorar la mayoría de sus
indicadores socio-económicos. Sin embargo, como se demostró en el trabajo, el
modelo minero-exportador generó una economía muy dependiente de los vaivenes
del ciclo económico y de las grandes potencias, además de que no logró integrar
al resto de la economía.
En este sentido, desde la llegada
de los españoles el modelo de desarrollo peruano parece haber cambiado muy
poco: su inserción en el mercado internacional se basa en la exportación de
minerales metálicos a la vez que depende de la importación bienes de capital y
tecnología con que explotar estos recursos, además de una amplia gama de bienes
de consumo final, incluido alimentos.
La necesidad de la creación de
ejes transversales para el desarrollo y el fortalecimiento de las
complementaciones y la dimensión regional, son sumamente importantes en el
libro.
Explique
los factores que explican el desempeño desigual de la economía peruana.
En el nuevo contexto de bajo
crecimiento, la reducción de la pobreza debe ir acompañada de políticas que
tengan el objetivo de reducir la desigualdad. Estas políticas deberán, por un
lado, impulsar el crecimiento de las actividades productivas orientadas al
mercado interno y, por el otro, propiciar un shock de demanda mediante el
incremento del gasto social. Así, ofrecerán el beneficio adicional de
contribuir a reducir las brechas en el acceso a los bienes públicos de calidad,
lo cual, a su vez, reducirá la desigualdad de oportunidades. La viabilidad de
una estrategia alternativa de desarrollo en este nuevo contexto requiere de una
visión distinta de la política tributaria que, a diferencia de los marcos en
los países vecinos, no ha sido usada como un instrumento de política para
lograr una mayor justicia redistributiva. Los montos necesarios para cerrar la
brecha de pobreza representan apenas el 2,9% del gasto de los hogares no pobres
en 2015. Está muy extendida la idea de que después de la espectacular reducción
de la pobreza registrada en la última década, sería más difícil reducir la
pobreza y la desigualdad en la medida que los hogares que aún no han salido de
la pobreza se encuentran muy por debajo de la línea de pobreza. Sin embargo,
esa idea no resiste la prueba de los datos: la reducción de la pobreza
mencionada estuvo acompañada por una reducción de las brechas de pobreza. El
bajo nivel de endeudamiento y las reservas acumuladas durante las fases de alto
crecimiento (tanto en términos de divisas como de reservas fiscales) dan un
amplio margen para aplicar políticas de distribución a través de un mayor gasto
social, mejorando la cobertura de calidad en la educación, la salud y la
universalización de los programas sociales. El efecto redistributivo de ambos
tipos de intervención en los países de la región dista mucho de los niveles
observados en los países de la OCDE.
El caso peruano combina una
fuerte dependencia de las materias primas con políticas distributivas directas
(programas de transferencias condicionadas) y políticas distributivas
indirectas (distribución del canon y las regalías mineras y petroleras a las
autoridades locales). La vulnerabilidad de este modelo social se pondrá de
manifiesto en la nueva fase de crecimiento débil o moderado y afectará
simultáneamente a los ingresos fiscales y a su capacidad distributiva, así como
a los ingresos de los hogares. En este contexto, donde la tasa impositiva y la
base fiscal son bajas y el gasto social aumenta a duras penas, la fragilidad
del modelo de crecimiento no podrá ser remediada sin un pacto social a favor de
una mejor distribución de los ingresos, lo cual supone aumentar la presión
fiscal sobre los ingresos con el fin de financiar el gasto social en favor de
los hogares más pobres. El contexto político peruano actual, y las preferencias
de la población, son poco favorables a esta opción. Sin embargo, el problema de
la seguridad ciudadana, que está, sin duda, asociada a la desigual distribución
de los frutos del crecimiento, se ha convertido en la principal prioridad entre
la población y podría presionar al Estado peruano para que lleve a la práctica
una mayor redistribución o una mayor represión. El nuevo gobierno tendrá que
resolver este dilema.
Explique
la relevancia y límites de factores que impulsan el crecimiento desigual de la
economía peruana.
La desigualdad no solo es
económica, sino que también se traslada a otras áreas. El centralismo es un
problema estructural que se arrastra desde hace siglos. Durante el Virreinato,
Lima fue el ombligo del poder político, económico y cultural. Por la forma de
organización colonial, poco se podía hacer en el país sin los permisos de la
burocracia capitalina.
Ante la carencia de un proyecto
efectivo de desarrollo descentralizado de la economía durante la República, hoy
tenemos que Lima continúa acaparando las principales actividades económicas, el
poder político, los mejores servicios y oportunidades, razón por la cual
concentra una mayor cantidad de población.
El perverso centralismo
desconfigura la equidad en los servicios públicos y privados en las áreas de
educación, salud y acceso a la justicia, entre otros sectores.
Explique las posibilidades de
hacer ajustes al modelo económico a partir de los límites que impone la
realidad institucional
Compare
las visiones sobre el modelo económico
Esta visión ignora de alguna
manera las crecientes ineficiencias en la economía, la reducción gradual (pero
continua) de las capacidades del sector público, la persistencia de los
problemas de productividad, desigualdad y empleo, y la enorme dependencia del
crecimiento de los últimos años de los altos precios de materias primas.
Asimismo, sin una mejora continua en las políticas públicas, las tasas actuales
de crecimiento no se sostendrán, como ya ha ocurrido con muchos países en el
pasado.
La segunda visión comparte, en
nuestra opinión, los aciertos y desaciertos de la primera. Además, propone una
mejor distribución de la riqueza que se ha generado con la expansión de la
economía en la última década y enfatiza correctamente la necesidad de elevar el
estándar de la política social y potenciar en términos de recursos los
programas sociales, algo que ya comenzó con la creación del Midis.
La tercera visión reconoce
acertadamente que el boom de materias primas explica una parte importante del
crecimiento de los últimos años y que la economía está todavía muy poco
diversificada. Esto la hace no solo vulnerable, sino que puede eventualmente
afectar el crecimiento.
Parte de lo que ha ocurrido en el
país, especialmente en la última década, está determinado por una situación
externa extraordinaria, donde las cotizaciones de las materias primas que
exportamos subieron a niveles nunca antes observados.
Fuente: Ghezzi, Piero; Gallardo José, QUE SE
PUEDE HACER CON EL PERÚ “Ideas para sostener el crecimiento económico en el
largo plazo” UNIVERSIDAD DEL PACIFICO.
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