19 julio 2023

La leyenda del origen del Lago Titikaka 🌊 #MitosYLeyendas #LagoTitikaka


Hace miles de años, según la leyenda del origen del Lago Titikaka, el poderoso Apu, el Dios de las cumbres, gobernaba sobre las altas montañas que rodeaban la región. Apu había impuesto una prohibición a los hombres: les estaba vedado escalar las cumbres, limitándolos a vivir en las quebradas y hondonadas.

Sin embargo, un día, un ser maligno conocido como Aukka se presentó entre los hombres y los sedujo con la promesa de igualarse a los dioses si lograban conquistar las cumbres sagradas. Tentados por esta oferta, los hombres decidieron desafiar la prohibición de Apu y emprender la escalada hacia las alturas.

La ira de Apu fue inmensa al presenciar esta desobediencia. Enfurecido, convocó a un vasto ejército de pumas y ordenó que devoraran a los audaces escaladores. La situación parecía desesperada para los hombres, quienes, ante el peligro inminente, buscaron refugio y protección en el Aukka, el espíritu del mal.

El Aukka, movido por motivos oscuros y secretos, internó a los hombres en las profundidades de la tierra, donde continuaron viviendo pero transformados en seres llamados "Anchanchos". Estos espíritus malignos habitaban las recónditas cuevas y pasajes subterráneos, alejados de la luz del sol y condenados a una existencia sombría.

La transgresión de los hombres y la confabulación con el espíritu maligno no pasaron desapercibidas para Inti, el supremo dios del pueblo inca. Con tristeza y pesar, Inti oscureció su luz celestial y todas las criaturas celestiales lloraron amargamente. Las lágrimas divinas se precipitaron sobre la tierra en forma de tormentas catastróficas, inundando las quebradas y hondonadas.

En medio de este diluvio devastador, la mayoría de los animales perecieron, sumergidos en las aguas enfurecidas. Solo una pareja de seres humanos, aferrados a un haz de juncos y resignados a su destino, lograron flotar sobre la inundación. Su fe y amor hacia Dios les otorgaron la gracia divina de la supervivencia.

Cuando finalmente el llanto celestial cesó y el Dios Inti volvió su mirada hacia la tierra, la pareja sobreviviente quedó asombrada al ver que incluso los pumas (titis) habían perecido y flotaban en gran cantidad sobre las aguas, exhibiendo sus vientres grises (kkakkas).

Así, el Lago Titikaka se formó a partir de aquel diluvio ancestral, donde las aguas se apoderaron de las antiguas quebradas y hondonadas. El lago se convirtió en un lugar sagrado, lleno de misterio y belleza, que alberga en sus profundidades la historia y la leyenda de aquellos hombres que desafiaron la voluntad divina.

Las leyendas del Lago Titikaka, como esta, en las que se personifican animales sagrados como el cóndor, el puma, el zorro, la vicuña, los topos, las hormigas e incluso las arañas, han sido transmitidas de generación en generación. Estas historias evocan tanto los aspectos míticos de la cultura aymara como la conexión profunda entre el hombre, la naturaleza y los dioses.

La leyenda del origen del Lago Titikaka nos recuerda la importancia de respetar los designios divinos y los equilibrios naturales, así como las consecuencias de desafiarlos. Además, nos invita a maravillarnos con la belleza de este cuerpo de agua sagrado y a valorar su riqueza cultural e histórica que perdura hasta nuestros días.

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