23 julio 2023

Puno: Entre el Esplendor y la Corrupción

Por: Aldo Zanabria Galvez

Puno, la tierra de los contrastes, despliega dos caras en su medalla: una radiante y maravillosa, otra opacada por la corrupción. Este rincón del mundo, enmarcado por el majestuoso lago Titicaca y el infinito altiplano, se presenta como un tesoro que solo la mano divina pudo esculpir con tal belleza.

Su lago, de un azul profundo y misterioso, es el símbolo de su identidad. Sus aguas acogen a los uros, quienes, desde hace siglos, habitan en sus islas flotantes de totora, un legado ancestral de resistencia y adaptación. Pero Puno no solo destaca por su historia y cultura, también es una región próspera, cuna de miles de variedades de papa que alimentan al país y exportan sus finas lanas, coloridas quinuas y deliciosos quesos.

La vibrante celebración de la Mamita Candelaria y la Diablada son ejemplos de la rica tradición festiva de Puno, que atrae a turistas de todas partes del mundo. Además, los puneños son reconocidos como:

hábiles comerciantes, protagonistas de la vida económica en distintas regiones del Perú

Sin embargo, hay una sombra que oscurece esta postal idílica: la corrupción. En un entorno donde la coima, el clientelismo político y la inoperancia estatal parecen haberse enraizado, la calidad de vida de los puneños se ve comprometida. Obras inacabadas y abandonadas son testimonios del saqueo y la impunidad que acechan a la región de Puno.

La corrupción no distingue y ha afectado a todas las esferas de la sociedad, incluso en la educación, como lo evidenció el triste testimonio de ex docentes universitarios de la ciudad de Juliaca, que expuso la exigencia de sobornos para aprobar a los estudiantes. La falta de agua, salud y seguridad son problemas acuciantes que reflejan la grave crisis en la administración pública.

Puno, con su ubicación estratégica y su infraestructura de transporte, tiene el potencial para ser una región pujante y próspera. Sin embargo, la corrupción se convierte en el obstáculo principal que limita su desarrollo.

Es hora de reconocer que el problema de Puno no radica en la constitución o el modelo económico, sino en la lucha contra la corrupción. Esta batalla debe ser liderada tanto por las autoridades como por los ciudadanos conscientes, quienes deben exigir transparencia y rendición de cuentas.

La riqueza cultural y económica de Puno merece ser protegida y preservada para las futuras generaciones. La eliminación de la corrupción es la llave que abrirá las puertas hacia un futuro brillante, donde Puno pueda mostrar sus dos caras no como opuestos irreconciliables, sino como complementos que forman una identidad sólida y próspera. El Perú le debe mucho a Puno, y es tiempo de honrar ese legado con la limpieza y la justicia que merece.

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